Las inteligencias artificiales conversacionales—es decir, los chatbots, los robots parlantes, los agentes conversacionales y los sistemas de diálogo—ofrecen una posibilidad prometedora para el aprendizaje de idiomas: un entorno de baja ansiedad para la práctica comunicativa e interactiva, que puede además controlarse en cuanto a complejidad y exposición específica, estrategias de andamiaje y retroalimentación correctiva.